Robert Ellis Simon Foundation realiza una donación para apoyar la salud mental de los empleados

Robert Ellis Simon Foundation otorgó una ayuda de $100,000 a MLK Community Healthcare (MLKCH) en apoyo a los servicios de salud mental y bienestar para el personal.

La ayuda llega en un momento de desafíos excepcionales para los trabajadores de la atención médica. Desde los médicos y las enfermeras hasta los trabajadores de los servicios ambientales, los transportistas, los agentes de seguridad pública y los ingenieros de las instalaciones, entre otros, todos se han enfrentado a una mayor sensación de ansiedad, fatiga y estrés al responder a la pandemia de COVID-19.

A veces, buscar ayuda es difícil y las personas no saben por dónde empezar.

Becca Jozsa
Especialista en bienestar de los empleados de MLKCH

“La salud mental y el bienestar de los trabajadores del hospital durante la pandemia fue nuestra prioridad principal, ya que sabíamos que habían experimentado traumas a diario durante más de un año”, dice Edina Lekovic, Directora Ejecutiva de Robert Ellis Simon Foundation. “Sentíamos que era fundamental brindarles asistencia emocional en el lugar de trabajo para que el lugar que más les producía estrés fuera también el lugar donde sanaban. Estamos agradecidos de que MLKCH esté creando un modelo del que otros puedan aprender y al que puedan imitar”.

La Directora de Desarrollo de la Organización de MLKCH, Jennifer Herrera, quien impulsó la iniciativa, dice que poner la salud mental y el bienestar de los empleados como prioridad en las conversaciones de la profesión de la atención médica ha sido durante mucho tiempo un objetivo importante.

“Especialmente para las personas que trabajan en la atención médica, hay un componente integral [de su trabajo] que es muy aislante y solitario porque realmente no se puede compartir la experiencia”, dice Jennifer. “Cuidar a nuestro personal ayuda a que ellos cuiden a nuestros pacientes”.

Los trabajadores de la atención médica se enfrentan a menudo a estigmas que les impiden buscar ayuda, dice Akiko Gordon, enfermera de la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) de MLKCH. Durante períodos de aumento de casos de la COVID-19, ella experimentó trastorno de ansiedad grave, depresión y sentimientos de desesperanza debido a que la UCI estaba desbordada de pacientes.

“Los traumas en el lugar de trabajo son comunes en las profesiones de atención médica, por lo que las personas pueden pensar que es simplemente parte del trabajo o que ’deben superarlo’”, dice Akiko. “Pero ninguno de nosotros estaba preparado emocionalmente para esta crisis”.

La ayuda de Robert Ellis Simon Foundation permitió a MLKCH contratar a tiempo completo a la especialista/asesora de Bienestar de los Empleados, Becca Jozsa, una trabajadora social clínica con licencia, para satisfacer las necesidades crecientes del personal.

Comenzó a trabajar en esta función en enero. Tan pronto como llegó, dice Becca, el personal comenzó a comunicarse con ella. “A veces, buscar ayuda es difícil y las personas no saben por dónde empezar. Saber que su empleador les proporciona apoyo confidencial [sobre salud mental] en el lugar, saber que es gratuito y que pueden conectarse con recursos externos, es una gran ventaja y realmente ayuda”.

Al luchar con su propia salud mental, Akiko reconoció de inmediato que necesitaba pedir ayuda. Acudió a Becca, quien pudo brindarle asesoramiento y contactarla con un terapeuta. “Al principio, trabajar con un terapeuta era un poco intimidante, pero he ganado mucha más claridad mental después de hablar con alguien”, dice Akiko.

Becca y el resto del equipo de salud de los empleados también han implementado programas nuevos diseñados para apoyar el bienestar de los empleados. Las rondas de apoyo mensuales permiten que pequeños grupos multidisciplinarios del personal de todos los departamentos se reúnan y expresen sus preocupaciones y temores.

Otro programa popular, Tea for the Soul, invita a las personas mayores locales y a pastores de la comunidad a asistir a MLKCH y servir té, café, y bocadillos al personal. El programa les brinda a los líderes de la comunidad del sur de Los Ángeles la posibilidad de expresar su gratitud con el personal de MLKCH y, al personal, de recibir bendiciones, asesoramiento y oraciones a cambio.

Con el tiempo, MLKCH ha ampliado sus servicios con una sala de meditación y clases de atención plena, entre otros, y tiene previsto seguir aumentando los recursos para el personal.

Dice Akiko: “Quiero que todos mis colegas sepan que buscar ayuda no es un signo de debilidad para nadie”.

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